"Aunque
no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos
que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que
las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por
las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.
Deliremos,
pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:
En las
calles, los automóviles serán pisados por los perros.
El aire
estará limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que
la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
La gente
no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni
será comprada por el super-mercado, ni será mirada por el televisor.
El
televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado
como la plancha o el lavarropas.
La gente
trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar.
En ningún
país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino
los que quieran hacerlo.
Los
economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de
vida a la cantidad de cosas.
Los
cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
Los
historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.
Los
políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
El mundo
ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la
industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre
jamás.
Nadie
morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
Los niños
de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de
la calle.
Los niños
ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.
La
educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.
La policía
no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
La
justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas,
volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.
Una mujer,
negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los
Estados Unidos
de América. Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.
En
Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque
ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La Santa
Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés. El sexto
mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo". El noveno, que
desconfía del deseo, lo declarará sagrado.
La Iglesia
también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor:
"Amarás
a la naturaleza, de la que formas parte".
Todos los
penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera
la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero.”