22 octubre, 2010

No...
Permanecer y transcurrir
No es perdurar, no es existir
Ni honrar la vida
Hay tantas maneras de no ser
Tanta conciencia sin saber
Adormecida.

Merecer la vida no es callar ni consentir
Tantas injusticias repetidas
Es una virtud, es dignidad
Y es la actitud de identidad
Mas definida.

Eso de durar y transcurrir
No nos da derecho a presumir
Por que no es lo mismo que vivir
Honrar la vida.

No...
Permanecer y transcurrir
No siempre quiere sugerir
Honrar la vida
Hay tanta pequeña vanidad
En nuestra tonta humanidad
Enceguecida
Merecer la vida es erguirse vertical
Mas alla del mal, de las caidas.

Es igual que darle a la verdad
Y a nuestra propia libertad
La bienvenida.

Eso de durar y transcurrir
No nos da el derecho a presumir
Por que no es lo mismo que vivir
Honrar la vida.



20 octubre, 2010

Dame amor, dame tu corazón,
dame tiempo para respirar, está muriéndose el sol,
dame música para crear, una nueva canción...
Se abren espacios en el medio de la jungla,
son nuestras voces que se escuchan, juntas.
Dame amor,
que estoy de muy mal humor,
me revolqué por la realidad,
y ahora estoy destruída.
Necesito tu amor,
ya no me aguanto una mentira más,
yo con mi cuerpo de mujer,
te voy a dar la verdad...
Si todo el mundo vive haciéndonos la guerra,
yo necesito amor que me des tu paz,
necesito arrancar todo lo que me hiera,
necesito amor, necesito más, más libertad...
Necesito arrancar todo lo que me hiera,
necesito amor, necesito más,
necesito arrancar todo lo que me hiera,
necesito amor, necesito más, más libertad...
más libertad... más libertad...
más libertad...

01 octubre, 2010

PÁJAROS PROHIBIDOS

(1976, en una cárcel del Uruguay)


Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso,

silbar, sonreír, cantar, caminar rápido, ni saludar a otro preso.

Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres

embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didoskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso "por

tener ideas ideológicas", recibe un domingo la visita de su hija

Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los

censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.

Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los

árboles no están prohibidos y el dibujo pasa. Didoskó le elogia

la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen

en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las

ramas: - ¿son naranjas?¿qué frutos son?- La niña lo hace callar:

-ssshhhhh- y en secreto le explica: - bobo ¿no ves que son los

ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.

Eduardo Galeano